Experiencias desde el Corazón

LOS CUENTOS QUE TE CUENTAS

Superando la adicción al drama

Aunque a algunos nos cueste admitirlo, tenemos una tendencia generalizada a complicarnos la vida. Lo hacemos de forma inconsciente y no solemos detenernos a cuestionar por qué todo nos resulta tan difícil. Nos conformamos con justificarnos, con asumir que «las cosas son así», con echar la culpa a la sociedad, a los políticos, a nuestras parejas, hijos o padres. Vamos acumulando el resentimiento derivado de una percepción de injusticia que nos acompaña, mientras envidiamos a quienes parecer disfrutar de la vida que deseamos. «¡Qué suerte tienen!», pensamos, creyendo que este universo se rige por una ley arbitraria de premios y castigos.


¿Qué es aquello que hace tan complicada la vida? ¿Cómo es posible que haya personas que viven disfrutando de una vida tranquila y fluida mientras otras van tropezando de conflicto en conflicto? ¿Es cuestión de suerte? ¿Lo determina las condiciones sociales, económicas y culturales en las que nacimos y crecimos? ¿Tenemos algún poder personal para cambiar la calidad de nuestra experiencia?


En este retiro vamos a profundizar en estas y otras muchas cuestiones que es necesario plantearse. Lo haremos en primer lugar desde un enfoque teórico para sentar un marco de referencia que nos ayude a comprender cómo usamos nuestra mente, la función imprescindible que desempeñan las emociones y lo inevitable de nuestro comportamiento cuando vivimos tratando de compensar nuestro vacío interior. Profundizaremos en la comprensión de una ley fundamental que mantiene cada elemento de este universo en perfecto equilibrio, incluidos nosotros mismos y nuestras circunstancias: La Ley de Causa y Efecto.


Desde un nivel práctico y experiencial indagaremos el en contenido emocional que se esconde bajo nuestros disfraces sociales. Trataremos de reconocer con honestidad dónde nos duele la vida y de rescatarnos del drama personal en el que hemos quedado atrapados, adictos a la dosis de intensidad emocional que nos genera, la cual usamos para tapar nuestros vacíos existenciales mientras nos seguimos contando mentiras.


Todo ello acompañado con una excursión al entorno natural de la Sierra de Cameros, con el descanso y los acogedores espacios que Ayu Maya nos brinda en su hotel rural, con la sabrosa y saludable comida de Mónica, con una velada de Cineforum, con la reconfortante compañía de otros compañeros de peregrinaje al centro de nuestra verdadera identidad, y con todo aquello que la vida con su magia nos quiera deparar en este encuentro, más allá de lo que somos capaces de prever o de controlar.


¿Contamos contigo?

Facilita

Pedro Alonso Da Silva

Durante muchos años me he definido como un buscador pero cuando encontré lo que buscaba la búsqueda dejo de definirme. Así que ya no soy un buscador.

Entonces, ¿qué soy? Déjame que te lo cuente

¿Qué buscaba cuando era un buscador? Lo mismo que tú, lo mismo que todos. Aquello que llenase mis vacíos, que disipase mis miedos, que sanase mis heridas y que me hiciese sentir sostenido y cuidado en todo momento. Se le ha dado muchos nombres. Yo lo reconocí como una Presencia que no solo me acompañaba sino que era mi Identidad Real.

Encontrar lo que andaba buscando no fue más que el principio. En seguida me di cuenta de lo mucho que me costaba mantenerme en conexión con esa Presencia o, lo que es lo mismo, vivir desde ella. Descubrí que era adicto a vivir en una realidad paralela, una suerte de drama personal que me relataba de forma inconsciente y automática, donde solían acontecer ciertas circunstancias de forma cíclica que me hacían sentir del mismo modo que llevaba sintiéndome la mayor parte de mi vida.

Entonces pasé de ser un «buscador» a ser un «buceador». Ya había encontrado lo que buscaba y me había dado cuenta de que, aunque siempre estaba disponible, no siempre elegía vivir desde ese estado de consciencia. Había una inercia en mi mente que me llevaba una y otra vez a elegir el miedo en lugar del amor, la separación en lugar de la unidad, el dolor en lugar de la dicha.

Buceé dentro de mí para conocer el origen de esa inercia. Y descubrí al ego. La identidad con la que llevaba identificándome toda mi vida. Un personaje que vivía en un drama personalizado del que obtenía su alimento mental y emocional para seguir siendo quien era.

Buceé en el ego y descubrí que era todo un sistema de defensa que aparentaba proteger a un niño vulnerable y asustado, consumido por la culpa, que intentaba, de todas las formas posibles, ganarse el amor.

Buceé en el miedo, el dolor y la culpa sin la protección del ego y me encontré que allí mismo, en cada una de mis heridas, se encontraba el amor esperando mi presencia, en una cita que llevaba rehuyendo toda mi vida. Encontré dos brillantes perlas en esa inmersión: que el amor es lo único que sana el dolor, y que el ego no me protegía de mis heridas sino que vivía de ellas. Era del amor de lo que me estaba protegiendo. Porque el ego nace y crece en el miedo pero muere en el amor.

Y sin dejar de ser «buceador» la vida me ha llevado a ser «instructor de buceo» para otras personas que, como a mí me sucedió, se saben la teoría e incluso han tenido alguna experiencia de conexión con la Presencia, pero no comprenden por qué siguen atrapadas en sus bucles experienciales, en sus dramas de siempre.

Son varias las técnicas, herramientas y enfoques que he ido adquiriendo y practicando a lo largo de mis etapas de búsqueda y buceo interior (Terapia Gestalt, Bioneuroemoción, Ho’oponopono, Un Curso De Milagros, El Proceso de la Presencia). Todas ellas forman parte, de uno u otro modo, del acompañamiento que brindo, aunque no me apoyo directamente en ninguna de ellas. He sustituido las técnicas por la Presencia. No trato de cambiar a nadie porque lo que necesita ser corregido no es lo que somos, sino lo que creemos que somos. No necesitamos cambiar nuestro comportamiento, que es un efecto, sino cambiar nuestra percepción, que es la causa.

El amor incondicional que buscas no te lo puedes ganar por mucho que «mejores» tu personaje pero, parafraseando Un Curso De Milagros, puedes aprender a despejar todos los obstáculos que te impiden experimentar la presencia del amor, el cual es tu herencia natural.

En mis «inmersiones», en solitario o compartidas, me dedico precisamente a eso, a identificar y despejar obstáculos.

El amor hace todo lo demás.

Acogen

Mónica y Alberto acompañan, acogen y sostienen un espacio de corazón para facilitar la confianza y la libertad de sobresalir.

El lugar

Ayu Maya - Hotel Rural Camero Viejo
Laguna de Cameros - La Rioja

13 habitaciones dobles

Comida vegetariana

Reservas

ENTRADA
martes, 5 de julio
a partir de las 18:00

SALIDA
domingo, 10 de julio
sobre las 17:00

Actividades y alojamiento con pensión completa (comida vegetariana) en habitación compartida.

Consultar precio y disponibilidad habitación individual

APORTACIÓN
490€
IVA incluido

NOTA IMPORTANTE:
por favor, antes de hacer la transferencia CONSULTA PLAZAS LIBRES Y AVISA por email o telegram UNA VEZ HECHA LA RESERVA, Gracias

Para reservar tu plaza ingresa 90 en el siguiente número de cuenta:

ES79 3035 0225 5422 5004 3952
(Caja Laboral)

o por Bizum al 666456333

En ambos casos indicando tu nombre y «Reserva 5 al 10 julio».

El resto se abonará el día de comienzo del encuentro.

Contacto

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