KATSUGEN podría definirse como volver al origen, a lo esencial. Es el movimiento vital y regenerador que nos vuelve a conectar con la consciencia corporal y con nuestro lado más auténtico. En la práctica de Katsugen surge un movimiento interno natural, es en ese espacio interno donde a través de ese movimiento van surgiendo respuestas diferentes en nuestro organismo. El movimiento que se da en cada persona es único y diferente, ya que tiene que ver con el propio individuo. Mi experiencia personal : » Cuando yo empecé a practicar Katsugen, algo dentro de mi sucedía de una manera muy especial, conectaba con una sensación interna muy agradable, me sentía muy bien y a gusto con mi propio cuerpo, una sensación de libertad y empoderamiento tomaban riendas de mi cuerpo, y la sensación era muy buena, eso me llevo a reconocerlo dentro de mi  como algo natural y sencillo de practicar, con nada más que mi cuerpo y mi respiración. Eso de alguna manera caló hondo dentro de mí y lo pude llevar a mi forma de vida «.

 El movimiento y el vaivén de la vida, se asemeja al movimiento que nosotros tenemos internamente, y el Katsugen de una manera suave te lo muestra. «Esta es mi manera de explicarlo», no hay mucho escrito sobre ello, así que cada persona que lo haya podido experimentar quizá lo pueda explicar de una manera diferente, aunque todos podemos coincidir en lo mismo, lo que se siente es una sensación de bienestar y de libertad, una percepción de empoderamiento suele describirse como algo en lo que todos los practicantes sentimos.

Katsugen Undo es cuando se practica de forma individual. Katsugen Soho se practica en pareja, donde hay un dador y un receptor. Cuando hacemos los talleres grupales de Katsugen , el grupo aprovecha a ser el contexto que muestra la seguridad y confianza para desarrollar una buena práctica y que las personas que han venido a practicar se sientan acompañadas y seguras, el grupo crea una energía muy potente y de comunidad donde las prácticas se dan de una manera mucho más fácil. Se hacen dinámicas variadas para relajar y soltar el cuerpo, trabajamos con técnicas de Chi Kung y de meditación Gyoki para abrir espacio, relajar el cuerpo y la mente, de una manera más relajada y predispuesta podemos llegar a practicar y disfrutar el katsugen.

Los ejercicios de Chi Kung que trabajamos están diseñados para promover la energía interna a través de la respiración, la meditación, y el movimiento . Las posturas y las formas de Chi kung establecen una conexión con el Chi interno y facilitan el cultivo de la energía. Las Técnicas de Chi Kung se pueden aplicar a la salud y la curación, así como a las artes marciales. El Chi Kung es un arte milenario que se utiliza desde la antigüedad para curar enfermedades, nos ayuda a cultivar el Chi, calmar la mente, relajar el cuerpo y desarrollar una mejor concentración.  En el retiro practicaremos diferentes movimientos de Chi Kung, con una función energética concreta, abrir los canales centrales de energía (conocidos como circulación menor) estos canales llamados Du-Mai y Ren-Mai o vaso concepción y vaso gobernador respectivamente, son los que predisponen a tener un correcto flujo energético hacia el resto del cuerpo y todos los meridianos de energía se nutren de ellos. Con el fin de que la circulación del Chi se active y se tonifique.  

El Gyoki es una meditación japonesa que utiliza el chi y la respiración llevando la atención a las manos, siendo una meditación que apoya la búsqueda del movimiento más natural que cada persona tiene. Es una meditación en la que se aumenta la consciencia corporal, la atención plena y se desarrolla la sensibilidad no solo de nuestro cuerpo sino del espacio en el que nos encontramos,

En el taller damos lugar a practicar el Seiki, una práctica para explorar y experimentar la consciencia.» Mi experiencia: Puedo explicar que para mí el katsugen cuando llega a su máximo potencial de expresión, es cuando emerge con el Seiki y da lugar a un espacio de vacío dentro del cuerpo, una resonancia absoluta con lo que somos y con lo que nos rodea. Las sensaciones que he podido experimentar con la práctica del Seiki son claridad absoluta en algún aspecto de mi vida que no veía con claridad, ya que algún miedo o bloqueo no me permitía ver, libertad en la toma de decisiones, en general sensación de libertad, confianza, empoderamiento y nuevo enfoque en mi vida. Bienestar y energía renovada, presencia.» 

El Seiki se debe de dar de una manera natural, no buscamos nada, ni ponemos ninguna expectativa en nada, simplemente sucede de forma sencilla cuando hemos abierto un espacio de respeto para que pueda darse. Se hace también a través de dinámicas de trabajo corporal.

Aspectos sobre el cultivo de la paciencia, la capacidad de no intervenir, dejamos lugar para la espontaneidad o lo que pueda surgir en la sesión, son formas que podemos experimentar tras recibir una sesión de Seiki.

Todas estas prácticas que exploraremos en este retiro vivencial de fin de semana, son recursos instintivos del ser humano que nos permiten auto sanarnos atendiendo nuestras vidas y salud por nosotros mismos. No hay niveles, simplemente con la práctica y asistiendo a varios talleres hay una evolución. Cada uno es diferente y tiene sus propias vivencias, se practica en un espacio seguro en ambiente de confianza, creando grupo de apoyo y comunidad donde se facilita la práctica de cada integrante sintiéndose acompañado y apoyado por el resto del grupo.

 El retiro es de naturaleza experimental, exploramos con la vida, nuestra capacidad de fluir, nuestra autenticidad. Es un espacio de exploración y de crecimiento interior. Saber estar en nuestros cuerpos, estar presentes, conectar con nuestra autenticidad. Se abre espacio al vacío, cuanto más vacío es el espacio más fácil es que emerjan cosas desde la consciencia.

Todos podemos practicar estas disciplinas, especialmente importante para aquellas personas que se dedican al contacto corporal con técnicas manuales o técnicas con el cuerpo, ya que respetar los límites del espacio de la otra persona es esencial. Somos un cuerpo escuchando otro cuerpo, pero no desde la mente sino desde un espacio de escucha interna donde el Seiki es una forma donde se da lugar para que emerja la verdad.

En Seiki no estamos dando nada ni canalizando nada, no damos ni recibimos, esa es su magia, ya que todos tenemos todo lo que necesitamos. 

Seiki nos ayuda a recuperar nuestra sensibilidad, nos conecta con nuestra autenticidad, para poder vivir una vida más auténtica dejando que la vida te viva, se dé sin tanto control y te sorprenda.