Experiencias desde el Corazón

El espejo de las relaciones

El juego de las proyecciones y los reflejos

Del 10 al 12 de noviembre

Las relaciones humanas son el escenario perfecto para descubrir aquellos aspectos internos que nos generan conflicto, para después responsabilizarnos de atenderlos e integrarlos.
No es ese el propósito con el que tendemos a relacionarnos, más bien al contrario. Acostumbramos a usar a los demás como fuentes de todo aquello que echamos en falta en nuestras vidas: atención, reconocimiento, respeto, comprensión, cariño… y cuando después de un tiempo experimentamos la frustración de que nadie es capaz de colmar nuestro vacío, entonces los usamos para volcar sobre ellos la causa de nuestra insatisfacción.
Este movimiento de ida y vuelta para quedarnos en el mismo punto del que partimos se hace muy evidente en las relaciones de pareja, en las que la fase de enamoramiento juega un papel fundamental. Si no fuese por la atracción magnética del enamoramiento, ¿qué nos impediría salir corriendo ante los primeros atisbos de dolor emocional?
Toda relación sin importar del tipo que sea, puede ser experimentada con dos propósitos diametralmente opuestos: o son el escenario del que intentamos extraer todo aquello que valoramos, pero de lo que creemos carecer, o son el escenario donde reconocemos cuándo nos duele una situación y atendemos ese dolor para identificar y sanar la creencia que lo alimenta. Del primer propósito obtendremos un reforzamiento de nuestro sistema de creencias, es decir, nos demostraremos a través del otro que tenemos razón para creer lo que creemos, aunque nos haga daño. Del segundo propósito obtendremos comprensión, liberación emocional y, finalmente, la ansiada paz mental que nadie más puede lograr por nosotros.

En este breve retiro…

    • Descubriremos cómo operan los mecanismos mentales de la negación y la proyección.
    • Aprenderemos a identificar nuestros reflejos en los “mensajeros” presentes en nuestra vida.
    • Clarificaremos las fases automáticas que se dan en una relación de pareja y el modo de transformarla, de una relación de uso y apego, a una relación de amor.
    • Identificaremos algunas de las creencias que arrastramos desde la infancia y que siguen tomando forma en cada uno de los conflictos que se disparan en muchas de nuestras relaciones.
    • Asumiremos la responsabilidad de representar el papel más importante para nuestro yo infantil herido: ser el único adulto en este mundo que puede darle la atención que reclama.

 ¿Estás dispuesto a mirar con honestidad en el espejo de tus relaciones?

Facilita

Pedro Alonso Da Silva

Durante muchos años me he definido como un buscador pero cuando encontré lo que buscaba la búsqueda dejo de definirme. Así que ya no soy un buscador.

Entonces, ¿qué soy? Déjame que te lo cuente

¿Qué buscaba cuando era un buscador? Lo mismo que tú, lo mismo que todos. Aquello que llenase mis vacíos, que disipase mis miedos, que sanase mis heridas y que me hiciese sentir sostenido y cuidado en todo momento. Se le ha dado muchos nombres. Yo lo reconocí como una Presencia que no solo me acompañaba sino que era mi Identidad Real.

Encontrar lo que andaba buscando no fue más que el principio. En seguida me di cuenta de lo mucho que me costaba mantenerme en conexión con esa Presencia o, lo que es lo mismo, vivir desde ella. Descubrí que era adicto a vivir en una realidad paralela, una suerte de drama personal que me relataba de forma inconsciente y automática, donde solían acontecer ciertas circunstancias de forma cíclica que me hacían sentir del mismo modo que llevaba sintiéndome la mayor parte de mi vida.

Entonces pasé de ser un «buscador» a ser un «buceador». Ya había encontrado lo que buscaba y me había dado cuenta de que, aunque siempre estaba disponible, no siempre elegía vivir desde ese estado de consciencia. Había una inercia en mi mente que me llevaba una y otra vez a elegir el miedo en lugar del amor, la separación en lugar de la unidad, el dolor en lugar de la dicha.

Buceé dentro de mí para conocer el origen de esa inercia. Y descubrí al ego. La identidad con la que llevaba identificándome toda mi vida. Un personaje que vivía en un drama personalizado del que obtenía su alimento mental y emocional para seguir siendo quien era.

Buceé en el ego y descubrí que era todo un sistema de defensa que aparentaba proteger a un niño vulnerable y asustado, consumido por la culpa, que intentaba, de todas las formas posibles, ganarse el amor.

Buceé en el miedo, el dolor y la culpa sin la protección del ego y me encontré que allí mismo, en cada una de mis heridas, se encontraba el amor esperando mi presencia, en una cita que llevaba rehuyendo toda mi vida. Encontré dos brillantes perlas en esa inmersión: que el amor es lo único que sana el dolor, y que el ego no me protegía de mis heridas sino que vivía de ellas. Era del amor de lo que me estaba protegiendo. Porque el ego nace y crece en el miedo pero muere en el amor.

Y sin dejar de ser «buceador» la vida me ha llevado a ser «instructor de buceo» para otras personas que, como a mí me sucedió, se saben la teoría e incluso han tenido alguna experiencia de conexión con la Presencia, pero no comprenden por qué siguen atrapadas en sus bucles experienciales, en sus dramas de siempre.

Son varias las técnicas, herramientas y enfoques que he ido adquiriendo y practicando a lo largo de mis etapas de búsqueda y buceo interior (Terapia Gestalt, Bioneuroemoción, Ho’oponopono, Un Curso De Milagros, El Proceso de la Presencia). Todas ellas forman parte, de uno u otro modo, del acompañamiento que brindo, aunque no me apoyo directamente en ninguna de ellas. He sustituido las técnicas por la Presencia. No trato de cambiar a nadie porque lo que necesita ser corregido no es lo que somos, sino lo que creemos que somos. No necesitamos cambiar nuestro comportamiento, que es un efecto, sino cambiar nuestra percepción, que es la causa.

El amor incondicional que buscas no te lo puedes ganar por mucho que «mejores» tu personaje pero, parafraseando Un Curso De Milagros, puedes aprender a despejar todos los obstáculos que te impiden experimentar la presencia del amor, el cual es tu herencia natural.

En mis «inmersiones», en solitario o compartidas, me dedico precisamente a eso, a identificar y despejar obstáculos.

El amor hace todo lo demás.

Acogen

Mónica y Alberto acompañan, acogen y sostienen un espacio de corazón para facilitar la confianza y la libertad de sobresalir.

El lugar

Ayu Maya - Hotel Rural Camero Viejo
Laguna de Cameros - La Rioja

13 habitaciones dobles

Comida vegetariana

Reservas

ENTRADA
viernes, 10 de noviembre
a partir de las 17:00

SALIDA
domingo, 12 de noviembre
sobre las 17:00

Actividades y alojamiento con pensión completa (comida vegetariana) en habitación compartida

Consulta disponibilidad y precio habitación individual

APORTACIÓN
270€
IVA incluido

NOTA IMPORTANTE:
por favor, antes de hacer la transferencia CONSULTA PLAZAS LIBRES Y AVISA por email o telegram UNA VEZ HECHA LA RESERVA, Gracias

Para reservar tu plaza ingresa 70 en el siguiente número de cuenta:

ES79 3035 0225 5422 5004 3952
(Caja Laboral)

o por Bizum al 666456333

En ambos casos indicando tu nombre y «reserva del 10 al 12 de noviembre 2023».

El resto se abonará el día de comienzo del encuentro.

Contacto

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