Extraido del libro  Aceptación de lo que Es de Wayne Liquorman

Cuando viene la aceptación, corta la implicación, y entonces hay espacio. No es la paz momentánea que sientes cuando consigues lo que quieres. Y tampoco esa otra paz que es olvido. Más bien es la paz que se da en el centro de la tormenta, en el ojo del huracán. A tu alrededor está el girar de la vida y del vivir, el tumulto que es la vida, pero en el ojo de la tormenta hay paz. Hay quietud. La aceptación de la que estoy hablando es sinónimo de esa paz y quietud. 

De modo que habiendo identificado esto,  ¡lo único que tenemos que hacer es aceptar! Es tan simple. No es nada ¿verdad? Quizás hayas notado que la aceptación es imprevisible. ¡No la puedes conseguir por ti mismo! A pesar de tus mejores intenciones, de tus más concienzudos esfuerzos, la aceptación siempre se desliza entre tus dedos. La aceptación viene, lo mismo que la no aceptación; viene. La aceptación puede venir en cualquier momento, sin avisar, sin preparación. 

Pero no puedes fabricarla, manufacturarla. Y el reconocimiento de que no puedes fabricarla, es en si mismo, aceptación. La aceptación puede surgir en cualquier momento y cortar la implicación horizontal. Y cortar la implicación horizontal, es paz. Ahora bien, el valor de la comprensión intelectual es que puede surgir en la mente trayendo la aceptación y la comprensión de que todo es conciencia, de que todo lo que está ocurriendo no podría ser de otro modo. Esto no quiere decir que no vaya a cambiar al momento siguiente. Pero, en este instante, no podría ser de otro modo. Y el reconocimiento de eso es aceptación.  El reconocimiento de que esto ES, es paz. 

No tiene nada que ver con la aprobación. No estoy diciendo que tenga que gustarte. Podrías aceptar algo que sea absolutamente horrible, trágico, doloroso. Y en medio del horror, de la tragedia, del dolor, puede haber paz. Y la paz está en la aceptación, en el reconocimiento de lo que ES, en este momento. 

Cuando esto ocurre, decimos que es una Gracia. Esta aceptación, esta comprensión, este cortar la implicación, esta paz, es una Gracia. Ahora bien “Gracia” es un término espiritual muy elegante para la “buena suerte”. Cuando es horrible decimos que es la voluntad de Dios (guiño irónico del autor). Pero lo auténticamente genial de cualquiera de estos 2 términos es el reconocimiento de que “yo no lo he hecho”. Como agente separado, “yo no lo he hecho”. Ha entrado en juego, algún otro agente, aparte de mi voluntad. 

Cuando conocí a Ramesh el hablaba de todo ESTO, para mi fue liberador; hasta entonces no había encontrado ninguna práctica espiritual, que incluyera ESTO, lo cotidiano , la vida, lo que me hacía sentir un vacío existencial. ESTO: esta vida y este vivir, esta actividad cotidiana, este ir a trabajar, y hacer el amor, y sacar a pasear al perro, y tomar una comida.…La manifestación con todas sus características, positivas y negativas, las que nos gustan y las que no, las que aprobamos y las que no aprobamos, las que cambiaríamos y las que no. Todas esas cosas, cada aspecto de la manifestación fenoménica es sagrado, y lleva en sí mismo la impronta de Dios. 

Cualquiera que sea tu trabajo, eso es hacer ESTO. Eso es tu vida. Dios está aquí, en este momento, en este lugar. 

Esta mañana alguien me preguntaba qué cambia cuando el sentido de actuación personal desaparece¿ que es? ¿De que se trata? Francamente cuando ocurrió, la sensación más clara era que no había ocurrido nada, a nivel muy profundo NO HABIA OCURRIDO NADA. La iluminación tan deseada no era nada. 

¿Basándote en tu experiencia que recomiendas para entender o conocer Lo que ES? 

Lo que subyace a esta pregunta es la noción de que yo soy el agente. Dices: “de acuerdo soy el que hago”, por lo tanto que debo hacer para llegar donde quiero llegar?. Lo que se hace necesario es esta comprensión, este Despertar, eliminar la sensación de que eres el que haces. Así que yo no seré de los que te diga que debes hacer. Porque decirte que hagas algo presupone que tienes un volante conectado a algo. Y que si giras el volante en un sentido, harás que la barca vaya en ese sentido. Lo que me dice mi experiencia, es que este volante no está conectado a nada. 

El pensamiento surge, el deseo surge, el impulso surge. Mediante este mecanismo cuerpo-mente se toma la decisión de  emprender una acción para conseguir algo. Ahora bien, que esa decisión dé como resultado que realmente a través de esa acción consigas lo que deseas depende de que ocurran un gran número de cosas que escapan totalmente de tu control